Arúspice por Amor

Quiero guardar mis sentimientos debajo del tiempo,
hacer un barco de papel
con los últimos versos,
que naufrague en un estanqué,
y se ahoguen a lo Ophelia de Hamlet
o vuelen con el viento.

Quisiera no sentir, lo que siento,
respirar sin tener un retrato en mi mente
de su rostro aplaciente,

que contemplo en sueños,
y me es abominable
o detestable, cuando no lo quiero.
Cuando al contemplar los mundos ni te piense,
Cuando al dormir se haya desaparecido,
esa combinación suicida,
de tu mirada en conjurado con tu sonrisa afable.
Desearía que, al salir de casa, olvide las llaves,
que me retornan a abrir las puertas,
de tu recuerdo eclipsable.
Que cuando me monté en el avión hacia otro rumbo,
sea para olvidar lo mucho,
y renovar un futuro.
Que, al recorrer mi muro,
no queden rastros ni de tu nombre...
no quede nada que me haga morir por dentro,
esperando, sin esperanzas tu regreso.
Por eso imploro en lo más devoto,
Que, si el destino elige jugar inconfeso,
Por amarte en silencios,
Que me destierre de algunos efímeros besos.
Aquellos besos que, en algún momento,
penetraron en mis labios,
Y me quemaron por dentro.
Yo sólo vivo a la suerte,
De algún día, o noche volver a verte.
Desgarrando aun en el septeno,
De algunas siete vidas como el felino,
o de algunas disipadas sombras
Como un demente.
Pero aun en la codicia plena de tenerte,
de sentir el calor de tu cuerpo con el mío,
de fusionarnos en un solo abrazo, de esos
que execrando penetran al universo preso,
causando la constelación más bella en el cielo.
Sólo en ese copioso momento, al verte de nuevo, …
o imaginarte, engañándome a mí misma,
timando a mi alma, al sentir el vacío,
que así, a mi éxtasis me renuevo.
Y casi por completo, en el llano, en el velo,
en el valle, en el río,
en el mar y en la viña,
en el esculpido de un Mundo Nuevo
donde he ido y he vuelto
y casi nunca más, te veo.