Ansiedad
Tengo ansiedad
Nuevamente el martilleo helado que aqueja mi pecho.
Presiona, oprime y sofoca, sin descanso, sin tregua.
Me inquieta sin razón, y me derrumba con susurros callados.
Desde que abrí los ojos tengo ansiedad
Y me recorre por las manos en periferia obligatoria
Sin olvidar mi estómago y el temblor en las piernas
Me sacude entera, me detiene toda.
¡Maldita sea tengo ansiedad!
Mi cabeza da vueltas ante posibilidades inútiles
Y el arranque de pánico indica que no hay cura.
… tengo ansiedad….
Comienza la flagelación, me muerdo las uñas, los dedos, los labios.
El castigo de mi propio cuerpo ante una culpa provocada.
Movimientos sin sentido, latidos sin dueño, lágrimas sin destino.
Ayuda, tengo ansiedad.
Enjaulada en el sentimiento, me recuesto sobre la cama,
Autonegada de movimiento, condena propia a lo inmóvil,
Me quedo quieta, concentrada en el dolor del corazón.
Ansiedad.
Pongo las manos entre mis piernas, mis piernas se mueven.
Las coloco detrás de mi nuca, mi nuca está incómoda.
Las cruzo al frente, me estorba la piel, me estorban los latidos.
Sin más, dejo que el sueño me consuma, aunque no rápido.
Le permito a los escalofríos sin cuerpo que sigan recorriendo mi ser.
Al estómago agitado de estrés que siga su camino.
Se lo dejo a los ángeles de mi subconsciente, ellos lo arreglarán.
Y cuando despierte se habrá ido, junto con la conciencia de que algo estaba haciendo mal
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