Anochecer inesperado

Brotan de las oquedades del firmamento lúgubre
Lágrimas de tempestad,
Ventisca desenfrenada,
Aluviones de la mar,
Son azotadas las ramas,
De tal forma que dan vida figuras demoniacas en esta noche anticipada,
Son aullidos, son susurros,
Son portales sobrenaturales,
Abiertos por un vórtice,
Bajo las tablas rechinantes de la habitación,

La batiente se ilumina por las centellas cósmicas
Del alba hoy gris,
Y ahí esta el cristal empañado por tan fuertes descargas del averno que tomo posesión esta noche de la carne,
En este mundo , se mece las silla, en un movimiento tenebroso,
Mi mente empañada de neblina en un pantano,
Sin faro, sin esclarecer a que misterio a macabro esta mi alma atormentada sometida,
Oh destino incierto eres la peor tortura, para el espíritu que empieza a vagar entre estos de desamparo.