Alfonsina mía

En este ruego de angustia y dolor
donde tu verso, Alfonsina mía, es plaustro sonoro
arrodillo mi lauro y mi canción.
No existe lírica más épica que aquella
flameante en tu letra bañada de mar y arena
en una tarde de límpido farol.
Mi alma consuelo no tendrá, Alfonsina mía,
legendaria gárgola que deambula en la prosa, el llanto, la gloria.
Qué misterio te embelesa, Alfonsina mía,
que las olas de Mar del Plata

al anochecer se abrillantan
y velos de exuberante dureza
se derraman sobre tu Argentina crepuscular
entronizada en los cielos
y decorada en silencio su faz.
Retorna, Alfonsina mía,
que el viento con aljibe de tiempo hace cruces los sueños.