Al final saldré vencido

Al final saldré vencido.

Araré el surco,
pondré las semilla,
la regaré, escribiré poemas
inspirado en sus flores
y las ansias me carcomerán
mientras espero el fruto.

El tiempo me trasfigurará mientras tanto.

P

ondré el arado a un lado,
el rastrillo, la azada
y mis ojos se entretendrán
con el crespúsculo.

Pero al final seré vencido.

Probaré las mieles que me repare la semilla
(que no temerá ya la guadaña)
y mis labios saborearán
su savia.

Pero al final saldré vencido,
con mis manos frías entrelazadas
sin arado, sin azada,
y el árbol seco, sin mojar mis labios;
y la tierra triste con hambre de surcos…

Y habré sido vencido.