Zafiros de Sergenta
Hasta mi cara en vuelo
las cortinas del mar se me treparon,
y mis ojos se unieron a los ojos
de todas las pupilas del espacio
Julia de Burgos
Esquiva el viento los tiernos campos de magenta, allí van las ranas de cristal a enarbolar su llanto bajo la luna.
Y nos rodea la reflexión de la lluvia, y su caudal nos encabrita hacia las colinas cebrunas,
d
Hay zafiros derramándose en las minas,
como ruegos de sergenta,
anidados cual zunas,
entre párpados azul magenta.
Persiste el viento y el tiempo es a favor, nuestra infancia es la razón
de estos años
de malva y menta.
Te traje de los oteros la duda
que acicala las mieles y el batir de Briareo,
y zafiros de runas,
en el instante cariofileo.
Y nos encuentra el temporal con los pies desnudos,
cruzando las cunas,
con los berridos del sol a cuestas,
y el polvo pertinaz del sendero rudo.
Son pues esos destellos de luz las promesas,
la devoción y el ardor de las sergentas,
ánimas de mediodía
norias de aquilón y alegría.
Somos pues los silencios sostenidos
por un llanto de freo,
somos remembranza
deseo,
de un solo latido.
ROGERVAN RUBATTINO ©
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