Yonqui de tus versos

La madrugada era esa curva recta
Que se fundía en el cuello de la autopista,
la noche era un descapotable de lujo
Y sobre ella, el polvo del universo llovía.
Conducir en las horas muertas,
hipnotizada en el diván del volante
fundirse en las piernas de asfalto
de una carretera que millones de veces
ha sido el testigo de mi vicio temerario.
El retrovisor, ese fetichista de escotes

Que mira de reojo intrigado
los botones de una blusa
Que se desabrochan descarados.
Conducir en las horas vivas
en la soledad galáctica de un extraterrestre,
Una bicicleta que vuela frente a la luna
Y ver más mundo, mientras mundo duerme.
Resistir despierta, la batalla de un amanecer despedido
por la voz de Jimmy Hendrix que en un grito eléctrico
en el corredor de la muerte lo detiene .
Cuántos de ellos murieron antes de los treinta
Reyes de instrumentos, música, show y Rock
Cuántos de ellos fueron Yonquis de unos versos
Como los tuyos y en ellos murieron, como yo.
La morfina de una vida normal y su duro peaje
Ayer sentada en una góndola en un canal de Venezia
y hoy pisando el pedal del gas a fondo
para vivir lo más deprisa , morir lo más intenso
rehén en el corredor de la muerte, de tus versos.