Vuelves a irte de mi lado, caballero armado
Vuelves a irte de mi lado, caballero armado
Siento en la distancia el crepitar de tus pasos de acero,
aún me tiembla el pulso al saber que estás en ese crucero
donde la niebla tinta con sus brazos solemnes
el oscuro y amargo sabor de tus estridencias imberbes.
Me dejas sin palabras, para regresar en la lejana alborada
de mis sueños incandescentes, dejándome suspendida en el aire
como una llama incandescente que no quiere ser callada sino amada
Vuelve a mis sueños, tú, dueño de mis mortificaciones benevolentes.
Desde aquel superfluo día de verano en el que me ví en tu regazo,
no encuentro consuelo a mis brazos exclavizados y dolientes
que buscan la sombra de la que se han enamorado con un íntimo flechazo.
Siento esa vuelta en mi ser, como si ya lo pudiera ver escrito en nuestro crepúsculo de enamorados. El encuentro que tanto esperamos,
se nos escapa de las manos cual arena corrediza, pues desesperado
transcurre el tiempo por un sendero angosto y encolerizado
mientras por fin nos besamos las manos con la fe y el amor tan grande que nos profesamos.
'Obedece al caballero, pero ama al hombre' susurraste en mi oido
a la par que los árboles se estremecían de alegría,
al ver que por fin habías dejado atrás tanto odio,
recuperando de nuevo la armonía que nos unía en esta vida.
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