Voraz

Tómame con fuerza y olvida tu piedad
ahógame, abrázame la garganta en tu mano
clávame tus ojos de diablo mundano
que ocultan elegantemente la verdad
bajo el rostro de un amable caballero.
O
Desata tu violencia, tu agresión tanática.
Toma de mis partes una presa cualquiera
y lléname de ella por dentro y por fuera.
Tu tacto sincero me da un nuevo nombre
y al recostarme bajo tu dominio, estática,
sé que no existe para mí mejor hombre.
Me tienes lunática, mi mente rueda
en círculos perversos y no se esconde.
Te ruego gemidos animales, lengua afuera,
que liberes aún más tus impulsos carnales.
Me entras violento, mi Dios masculino.
Mi vientre ambrosía de dulce fino.
Inmensa alegría de sentirte dentro
el amor me brota desde el centro
y te explota en un profundo beso
del que no saldrías jamás ileso,
enciende de una chispa la bestia,
que hace obedecer a la más necia,
y me toma tan fuerte del cabello
que mi cuerpo con el cielo estrello
en cada espasmo de mi sexo florecido.

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