Vida

Voy,
Hacia el desierto de tu boca,
Esperando que susurres,
Tu arena sobre mi boca,
Tu copa sobre las mis grietas,
Y los mantos de tierra,
Que recoges entre tus dedos,
Para bañarme con su olor,
Mientras dilatas con tu brazo,
La entrada de mi ano.

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Nacimos de la misma explanada,
Que pisan tus mismos zapatos,
Nacimos de cada molécula,
Que nuestros padres,
Depositaron entre sus piernas,
Aunque ahora puedo lamer,
Cada parte de las piedras y la hierba.
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Escoge un poco de sangre,
Del interior de mi cuerpo,
Y arranca una rama,
De algún árbol envejecido,
Dame placer con sus hendiduras,
Mientras mi cuerpo se retuerce,
Como un exorcismo natural de mi mente,
Producido por los ochos,
Que tus manos producen sobre el aire.
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Apartate,
Deja mucho espacio,
Entre mi cuerpo y tu mente,
Observa,
Como me doblo nuevamente,
Fundiendome con la tierra,
Donde pisaron tu gente y mi gente,
Y deja que tu vista se dilate,
Y que tus lagrimas,
Caigan sobre mi madera,
Para que mi vida también,
Se apodere de tu vida.