Utah

Aún cuando amanece y la preponderancia de tu luz baña las blanquizcas montañas de mis pecados color carmín, aún así,
Me entiendes
Mis más profundos cerezos, la raíz táctil de mis venas deambulantes, corrigiendo mi nula compostura con sangre y fervor
Enloquecido de rabia, y las maldiciones jamás pronunciadas por el hombre, así es como me encuentro, pero no lo cuento porque el bravío mar cada día es más estrecho, y la locura circunda entre los imbéciles, los simples, la paja que arde en este mundo
Sin embargo, nos entiendes
Y para mí eso, es lo más cerca que puedo estar con la divinidad, sentado en el cataclismo, pero al mismo tiempo admirando mis prejuicios y mi andar, como total sobriedad e intransigencia a la vez.

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