Una pena muy honda.
Nada sacia al vacio que llevo
ningun buen humano me calma la tristeza de la rabia,
nadie me arranca la raíz del quebranto
ni mis dulces sueños ni la boreal estrella
llenaran el cóncavo que me hiere la carne del sentimiento.
Quizás amo tanto que me doy engaño,
quizás soy un pliegue inexistente volando por el hueco cielo de lo imaginado.
Tal vez al llorar contamine el aire de veneno de soledad y me extinga del recuerdo tan profundamente clavado en el alma innombrable del destello de un vivir caducado en la espera de un cambio...
arañando cada acto,
sumergiéndome en la mierda donde los metí a todos una vez...
Suplique a los infiernos que no me llevaran en una noche más de regocijos trabados, en una noche más, ausente del mundo, callada entre temblores de humo.
La mentira soy yo,
falacia de reflejo en do vuelo liberador.
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