UNA NOCHE DE FRAGANCIA Y PASOS DEL MÁS ALLÁ

2023 Mar 28

UNA NOCHE DE FRAGANCIA Y PASOS DEL MÁS ALLÁ
(De Relatos de un Mochilero)
Después de sortear avalanchas y precipicios, conseguí hacer alcanzar su transporte a mi compañera de viaje Santa María, justamente cuando ya calentaban motor en medio de tremendo aguacero. Lástima que no quedaron más minutos con ella, solamente abrazos y un "nos veremos en Huaraz". Enseguida me apresuré a conseguir donde almorzar y hospedarme. El frio paisaje de altura había empezado a cerrar sus restaurantes, pero divisé uno con sus luces encendidas.
Mientras degustaba típicos manjares comprobé que la casa contaba con muchas habitaciones, por eso comuniqué a la dueña mis intenciones de pernoctar.
— ¿Me puede alquilar hospedaje?, necesito para esta noche —dije a la señora.
—No —fue la respuesta rotunda.
Habiendo concluido los alimentos, agradecí del servicio y me dispuse a salir.
—Espere, si tengo habitación —afirmó.
Muy rápido calculé que sería difícil hallar lugar semejante y acepté quedarme allí. Al poco tiempo, la dueña me llevó a un segundo piso para mostrarme.
—Este es un buen sitio, adecuado para usted —me dijo.

Pero, una vez ingresado al lugar, algo irracional me hizo rechazarlo.
—Esa cama es muy grande, ¿no tiene otro cuarto? —pregunté.
— ¿No le gusta una matrimonial, eh? Bueno, sí, al costado, pero su cerradura no está muy bien que digamos, unos extranjeros la malograron —respondió.
—Bien, lo usaré —contesté.
— Ocurre que por las noches con mi hija nos vamos a otra casa, usted se quedará solo. Así que, por si acaso le dejo tres llaves, de las dos habitaciones y puerta de calle, buenas noches.
Y así aseguré dormir en esa ciudad a 3,700 metros de altura. Al rato salí a cenar en otra parte y retorné a eso de las 9 por pasearme entre sombrías callejas, pensando por qué la señora antes de darme sus llaves no me pidió datos y tampoco preguntó dónde se quedó el vehículo.
Ya en la casona, ingresé al sitio negado para observarlo y nada especial, excepto un inusual adorno religioso enmarcado.
—Quizá me regreso a este sitio —dije y pasé al otro cuarto con dos camas, que me pareció más grande que antes. Me recosté en un sillón y sin desearlo comencé a dormitar y soñar algo. Cuando desperté ya era diez y media y el móvil pedía más energía. Debido a que también había usado el reproductor musical y el cuarto contaba solamente con un tomacorriente, me dirigí al otro para recargar su batería. Al salir de ahí, le puse llave y, en la unión de la puerta con el piso un seguro adhesivo especial, así podría escuchar algún ruido si en caso forcejeaban para entrar. Al acostarme ya muy confiado miré la hora, once con exactitud cuando el sueño apuraba por acostarme. En unos minutos las imágenes oníricas fueron tomando forma pero, no habría pasado mucho tiempo cuando, unos ruidos que fueron en ascenso me despertaron, al inicio casi imperceptibles sobre un piso de madera que se hicieron cada vez más notorios al igual que la presencia de un atractivo perfume. Sí, se acercaban, subían las gradas de cedro pasos femeninos, calmados, que se detuvieron instantes junto a la puerta del cuarto matrimonial, para ingresar enseguida sin abrir la puerta. En ese momento mis oídos parecían más capaces, sintiendo hasta los sonidos del colchón al echarse alguien de cuerpo humano con suficiente peso. Por un instante me quedé dudoso, ¿qué hago?, imaginé, pero había que comprobar la realidad constatando ese sitio, su puerta. Pronto, casi conteniendo la respiración me puse las pantuflas y con pisadas de gato salí a ver, la luna se había ocultado y eso hacía invisible mi tarea, sintiendo al tacto que su base de la puerta con el piso se hallaba en orden, sin rotura del adhesivo. Por eso regresé más tranquilo a seguir durmiendo. No recuerdo qué soñaba pero me despertaron las tristes campanadas de algún reloj de iglesia señalando tres de la madrugada, instante preciso que aparecieron nuevos ruidos en el cuarto contiguo, de alguien levantándose y dejando la cama, para salir de frente y cruzar la puerta cerrada sin necesidad de abrirla, alejándose con pasos suaves, delicados, pero suficientes que hacían rechinar sus maderas del entablado, hasta bajar por las gradas de cedro y esfumarse definitivamente. Sin embargo, algo se había quedado conmigo, impregnando el ambiente, su perfume nenúfar del Nilo, almizcle egipcio…y un toque de incienso.
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28/03/2023
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Música: Himno Gótico-Linaje Nocturno.

2023 Mar 28

Artífice de Sueños MARS rh
Desde 2012 Dic 25

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