Un montón de Cenizas.

Al fin, en esta jaula, en esta casa que no poseo, pero habito. Mi mente se pierde en el tiempo cruel que pasa sobre mí. Mis escritos, el único tesoro que tendré y que posiblemente logre acrecentar, será olvidado como yo mismo cuando me despida de la existencia. Porque debido al destino, y a un montón de imbéciles, personas como yo, nacen y crecen en la porquería del mundo.
Algunos soñadores, de mente ágil y bondad extensa, viven lo suficiente para amargarse y deprimirse. Porque no existe manera de cambiar tal paradigma, tal acto de egoísmo y repugnancia. Hemos sido tan idiotas que en nuestra vanidad absurda, seguimos creando clases sociales. Separando humanos como medicamentos para distintas enfermedades.
Nos hemos marcado, nos hemos pesado y nos hemos medido, todo para dividirnos. Caminamos hacia un futuro cruel, donde los muros mentales serán más duros que las fronteras que sólo existen en los mapas. Porque sí ahora, donde hay abundancia de alimentos y recursos, somos codiciosos, malditos y egoístas separatistas, ¿Cómo seremos cuando de verdad exista el hambre y el agua sea un montón de cenizas?

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