Tu paraíso. (I)

Tu paraíso. (I)

La alfombra azul de la playa,
tu excelsa belleza,
no quiero nunca,
someterme a tan cruel decisión
a tener que escoger
llevan tanta grandeza!!!
prefiero a las dos
conmigo tener,

soy egoísta,
no hay otra opción.
creo que me podrás
al final,
comprender.

Porque son una
combinación perfecta,
la playa que se pierde
en la inmensidad de una mirada,
y tu belleza,
infinita,
inagotable fuente de mis excesos,
su alteza
a millones de emociones
y besos
te reta,
que tengo el privilegio
de apreciar
en toda su esplendor,
lo único
que me causaría dolor,
sería no tenerte cerca.

Hoy me he detenido a contemplarte,
de tu rostro hacer encuadre
con detalle observarte,
aprovechando la claridad,
que la luz solar
y la música inconfundible
de las olas desembarcando
en la playa,
excepcionalmente brindan
la paz para este óleo,
que en mi mente pinto,
como un Miguel Angel del momento,
mucho más pequeño,
pero más íntimo
más hermoso.

En este día tan soleado,
que a mi paraíso asemeja
a quien debo agradecer
tanta felicidad?
tanta grandeza?
Que mis deseos
en inconfundible pasión,
vuelen como imágenes
de una película de acción,
que como siempre
guarda su mayor emoción
para los momentos finales!!!

Es una bella canción
poder observar,
con tal mágica definición
tu pelo que brilla
acariciado por el sol,
inquieto, acaricia tu rostro,
le agrega un toque de belleza,
y a la vez
la blanca espuma ,
que cabalga sobre las olas
en la arena.

Esos ojos que te empeñas
en esconder,
debajo de esos espejuelos,
pero que por suerte
no logras
hacerlos desaparecer
van iluminando
el camino a recorrer.
Bellos ojos
que reflejan mis sueños,
en los que encuentro la respuestas
a todos los problemas,
grandes o pequeños
en esos que veo el hogar
cuando hace frío,
el descanso
cuando el camino se alarga,
o la orilla de la playa
cuando las tormentas me atacan.

Una amplia sonrisa,
que transmite
una paz infinita ,
pero que mis sentidos
agita,
me contagia con esa emoción,
que desprendes,
que te sale del corazón.
que me hace perder la razón.
como si me ahogara
al llegar a tu orilla.

Esclavo de tus labios
finalmente quedo,
preso de tu rostro,
encadenado a tu razón
condenado a cien
años de tu belleza,
a tu prisión.