Tu lienzo

Tu cuerpo cual fértil planicie india,
cosecha deliciosos manjares en mis labios,
despejando el cansancio
de una soledad repulsiva que no deja vida.
Apacigua mi cuerpo llano, desnudo y ardido
con el cántaro fresco que en tu vientre habita;
hazme partícipe de la dulce miel de tus encantos.
Unamos los hilos de la aurora a nuestra piel
y cuando el sol vierta su cascada sobre el tejado,
ahí sienta yo, que de ti fui muy adentro.

Que nuestra fantasía no quede en el lienzo de la noche;
tomaré el pincel y haré un boceto
sobre las sábanas aún perfumadas…
Quiero dejarte en mi cama
y cada minuto de la madrugada hacerte mío
con el fragor de la ilusión y la excitación de los sentidos.