TRAICIONERO

Montó tanto el apuesto caballero,
que montó: garañón, yegua y jamelgo.
Tan clara afirmación aquí sostengo,
que confesarlo quiero lo primero.

Mi linda jaca montó, traicionero,
no por descuidada, digo y sostengo,
sino por vil acción, que decir tengo,
sobre jaca sacada de culero.

Yo la debí montar por ser su dueño.
Mas, ruin y zalamero me robó
el que pudo ser: mi más grande sueño.

Ahora que de lo que cuidé, probó,
se muestra malhumorado de ceño,
porque su vil accion se reprobó.