TERCIOPELO VIEJO
Y mientras reuerdas con crudeza
la sencillez de tu vida,
sin contrastes, atisbas con pena
el retrato donde tu piel era puro terciopelo.
Hoy rugosa el pellejo, baila entre los huesos.
No te aflige el tiempo y sus cambios.
Es cierto ya no hay brillo en tus ojos
y nada suave es tu cabello.
¡Lo qué duele, lo que hiere es nunca
Columbras el Jardín lleno de rosas
y aún el aroma te conmueve.
Reniegas del pasado y la soberbia,
creiste que el lapso era eterno.
No solo se seco la mariposa, jamás
dio un brote en esa arida tierra.
La tarde se adormece entre las plantas
y el astro se posa en dorado, sobre tus sueños
truncados.
Pides perdón a el retrato, y escondes
tu figura del espejo.
Victoria Liberona Alvear.
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