¡ Te amo !


¡ Te amo !
Noche tranquila, paz y unas velas...en ese rincón del cuarto, la cama vestida de negro, seda ... una ventana abierta, su cortina batiendose suave, la copa de vino esperándote como su cuerpo cubierto de esa sábana suave
Un trueno ilumina, se dejan ver al fondo unas manos acariciando las caderas deseosas de sentir, sensible, dispuesta, sensual con aroma a jazmín espera también que llegue el dueño de su piel.
Mira el reloj con paciencia, él no llega, aún tiene ese deseo que la inunda cuando piensa en su mirada, ojos de hombre, cejas espesas, barba de unos días sin acicalar, piel blanca, suave aun bien vista...acariciáble, boca amplia, bella y sensual...besáble hasta el cansancio, los labios rojos dispuestos para él lo recuerdan sin cesar.
Recuerda por igual su olor, madera y calor en su mente la llevan a ese lugar en donde se conocieron, divagába entre sus cosas y se quedo dormida ...la lluvia ya se había desgajádo afuera rauda y tenaz...había unas gotas imperceptibles por su profundo sueño, ¡ se fue !
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El agua escurría por sus ropas dejando la cama muy mojada pero ninguno lo notó, las ropas cayeron poco a poco en el suelo y se dieron el más largo abrazo que nunca dos se habían entregado...pegaron sus pieles en una y se confundieron en un bello sentimiento, ¡ Mutuo ! ¡ Único ! ¡ De los dos !
La lluvia arreció, los rayos dejaron oscuro el cuarto luego de caer fuertes, unas chispas de energía se oyeron afuera pero ni eso los detuvo...se confundieron entre besos, caricias, abrazos y los susurros que ambos se decían al oído, sensibles y libres se entregaron a ese bello momento de amor, único que esperaban ambos por mucho tiempo atrás.
Se consumieron las horas nocturnas dando paso a la madrugada que los vio por esa ventana con sus primeras luces de la mañana, sus manos unidas, sus pieles húmedas aún, sus bocas dejando ver un beso congelado...ese que ya cansados los dejo dormir.
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