Tacto Rectal y mi Abuelo
Mi abuelo me dijo un día
no te fíes de los hombres,
cuando te llamen, responde
y ten siempre picardía.
Nunca debes dar la espalda
y mucho menos agacharte,
por detrás o por delante
puede venir la amenaza.
E
por un dolor de riñones,
y sin más vacilaciones,
llegó a una cruel conclusión.
No es mi especialización,
pero a nivel sintomático,
creo que va a ser prostático
póngase usted en situación.
Y me puso en cuatro patas,
el culo en luna menguante,
y se colocó unos guantes,
y yo allí con una bata.
Me dijo respire hondo,
y sentí un líquido frio,
luego vino un alarido,
y entre lágrimas y mocos.
Me acordé yo de mi abuelo
y de todos sus consejos,
pero el dolor ni de lejos,
reparó aquel desconsuelo.
No le pagué aquel doctor
que se daba tantos aires,
después de aquella barbarie
y de mancillar mi honor.
Pues mi abuelo decía profundo,
lo primero es el deber,
y yo soy de obedecer,
y hoy le debo a todo el mundo.
Conoce más del autor de "Tacto Rectal y mi Abuelo"