Sustentando el glacial


-I-
Acállese la vista
y ceded a los sentidos que dilatasen el cauce,
atajado el manantial
del cercano llamado indulgente.
Envuelto su nombre entre la bruma,
la forma desconocida
llena los trazos en su memoria familiar.
D
los cardos enlazados moran,
interpretando la osadía
de un sublevado tiempo lejano.
-II-
¡Enmudeced las palabras!
Que acompasada la quietud
absorta dirige su atención;
heredera a una sujeción que nombra
la honda gruta del equilibrio.
E irrumpe un latido sustentando el glacial,
lo mismo que el desmenuzar de la cedente brasa.
Los astros devuelven la esperanza
de reencontrar el júbilo de guirnaldas entre los muertos;
forjada la marcha penetrante de los vivos.
Para reconocerse en la trayectoria
del enigma de un alma inagotable,
envuelta en siluetas de la luna azulada.
-III-
El reposo mundano en su búsqueda
allanada la ceniza;
apresurado congrega los dones
en su forma armónica y gradual.
Un eclipse de tácitos paisajes
cincelada la cavidad de paz,
forja la centuria que alberga
cúpulas de un cielo abierto.
Sin embargo, una antorcha sellada a las manos
erige la atención de los sentidos
y se desborda la sed del amor en sus ataduras.
El paisaje descrito,
la calma escalonada,
los labios vivos…
*
Diciembre 11, 2018
© 2018 Gabriela, La Dama Azul. Todos los derechos reservados.
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