Sin ni siquiera verme.

Siempre he sido, amor mío, alguien demasiado egocéntrico.
He levitado por encima del monte, junto a las aves
Y no tengo plumas blancas como los ángeles,
Aunque podría embelesarte como uno.
No dejes que te asuste la menta de mis labios,
Tampoco la miel de mi saliva, sin importar lo dulce que sea.
No soy más que un prodigio de la naturaleza, un hijo huérfano del sol
Adoptado por la luna,
Besado por el volcán y arrullado por el mar.
Soy eso que viste en sueños y te abandonaste en él.

Soy él, soy aquellos, y me guardo en ti.
Espero el momento de sorprenderte, aunque no lo necesite.
Un beso mío puede detener tu tiempo sin detener el mundo.
Un beso mío puede paralizar tu sangre sin que tu corazón deje de latir.
¿Por qué?
Porque soy un poeta,
Y puedo darte la ambrosía de los dioses por el iris de tu ojo,
Puedo hacerte estremecer sin una sólo caricia física, y peor aún,
Podrías enamorarte de mí sin ni siquiera verme.