Si yo creyera...

Si yo creyera en Dios
jugaría a las cartas, a la ruleta o al mus,
descosería los dobladillos de mis vestidos
y plantaría alubias.
No añadiría leche a mi café, y no entorpecería el paso
de los que van con prisa o andan despacio por si acaso
pierden el aliento y se quedan fríos de espanto.
En primavera, sacaría brillo a mis zapatos,
enchufaría la televisión a todas horas para escuchar.
cargo de conciencia, te marearía a todas horas
con chistes y chismes, y preferiría los licores fuertes.
Me levantaría al amanecer sin rechistar,
como las marmotas.
Asiría a los enfermos y les ofrecería gratitud.
A los descuidados, los que pierden las
cosas, les dejaría en paz a sus anchas, que no
recobraran nada para sus pobres almas.
Les pondría una cadena con un candado
aferrado al ombligo de la tierra.
Miraría de reojo, y si estuviera de acuerdo
con algún suceso mencionado
en las noticias, me haría el sueco.
Comería pan blanco, sabría hablar
idiomas, y a los fachas les pondría
un camisón blanco y un babero rosado.
Si yo creyera en Dios,
me habría hecho médico,
sepulturero voluntario,
recordatorio anónimo y, más que
todo eso, queso ahumado.

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