¿Recuerdas?

¿Lo recuerdas? ¿A aquel viejo hombre acariciando sus flores, Como si se tratara de sus años de oro?
Dime, ¿lo recuerdas?
Los años de diluvio debajo de los matorrales, perdidos entre el fango y la historia desechable de nuestro amor. Quisiera que lo recuerdes.
Quizás todos se han marchado a casa, con sus maletas de ruedas chuecas y el sudor del verano en la frente, no los busques. Están en fragmentos de dolor, como el beso del invierno en los labios resecos de una madre.
¿lo recuerdas?
Los nubarrones escupiendo chubascos sobre las flores del jazmín, empapando después de mil gotas las botas que dejamos en la entrada de casa, seguros que salíamos al rato...
Que llanto lastimero el de los otros, esos que no son nosotros lo recuerdo, vivido y confuso a la vez como a los compañeros del jardín de infantes.
Yo casi no me acuerdo
Pero en un acuerdo mutuo desprestigiamos al destino y sus acueductos, nos conducimos hacia adultos y a esas aguas las desviamos a lo indulto,
Perdonar es divino y si hoy adivino, supongo, nos perdonamos juntos...

¿Lo recuerdas?
Tirar de la cuerda hasta que se rompa en pompas de prestigio, que ni tu ego ni el mío, vistieron ropas acordes para nuestro vinilo.
Lo dejaré que suene. A ver si así recuerdas como quiero que nos recuerdes...