¿Por qué no?

¿y por qué no?,
¿por qué no amarse
en la fugacidad de una mirada?
¿por qué no en el instante
en que la lluvia moja la estepa
y en lo que dura aquella gota evaporándose?,

¿por que no amarse
en la rapidez con que el pie
deja la puerta en un solo paso?,

�

�por qué no amarse
en cuanto perdura el grafito
en dejar rayón en el papel?,

¿por qué no amarse
aún en cuanto se extiende
el lapso en que se unen las alas del colibrí?,

¿por qué el siempre?
¿por qué la hora,
el día,
el mes
y el año?

¿por qué no amarse
aún en el segundo,
en el verso
y no en la novela,
en la nota
sin llegar a la orquesta?

¿por qué el cúmulo
más que la sorpresa?
¿por qué el granero
más que la cosecha?