Por la defensa del migrante y la diversidad de los pueblos, todos unidos

Migrantes, desde sus orígenes el hombre ha sido migrante, así conquistó la tierra, defendamos nuestra identidad nómade.
La humanidad actualmente está atravesando por una crisis de gobernanza, liderazgo, economía, ambiental, social, que pone en jaque las economías, los valores, principios y logros alcanzados en materia de derechos humanos, inclusión social y respeto por la dignidad humana.
La guerra, presión, dominación, diezman, condicionan y anulan la población mundial, frenan su desarrollo y conquistas alcanzadas; el miedo se apropia de las naciones y los gobernados; el derecho internacional humanitario y los Estados más pobres, dependientes o satélites de los grandes emporios o imperios económicos, manejados por grandes magnates que se han apropiado de sus territorios y recursos, olvidando la ley de a equidad con los más necesitados.
Los gobernantes asumen conductas sumisas o intimidatorias para lograr ser dominados o dominar; en última instancia, son los pueblos y las poblaciones, los más vulnerables y afectados con decisiones que se tomen, especialmente las de corte nazista, fascista, xenofóbico o imperialista.
El deseo y el poder acumulando riqueza, han favorecido la dominación de los pueblos y la reproducción de la pobreza y dependencia. Frente a tal estado de cosas, surgen las siguientes preguntas ¿Estaremos reproduciendo el modelo griego de excluir a los extranjeros, llamándolos bárbaros para negarles todos los derechos? ¿Pero cuántos bárbaros fueron los que ayudaron enriquecer el imperio griego y lo condujeron a su apogeo, hasta que la Roma clásica antigua, logró dominarla y apropiarse de su legado, haciéndolo ver cómo propio?
No se trata de dominar el mundo, de imponer una lengua para imponer el poder, de excluir a los inmigrantes para conservar una etnia dominante y su cultura, como la aria o caucásica, que históricamente ha manejado el mundo, se trata de respetar la identidad de cada pueblo, de vivir en armonía global para invertir los recursos de la guerra en el bienestar de los pueblos, aunque históricamente armas y droga haya sido lo más vendido, y en parte, está destruyendo el planeta, sus poblaciones, recursos, y lo peor, nos perpetua la guerra y una existencia indigna en el planeta porque siempre sabremos del dolor, la desigualdad y vejámenes a través de los medios de comunicación, rompiendo la paz interna y externa, necesarias para elevar la calidad de vida de los que habitamos este prodigo planeta tierras que se resiste al holocausto.
Vivir bajo las armas y su amenaza, más las represalias económicas, afectan a las poblaciones, recursos y proyectos de vida, constituyéndose en un atentado para todos en un mundo global; ya no se trata de vivir, sino de sobrevivir.
El momento actual es un llamado a que todos los líderes del mundo, políticos, sociales, ecológicos y a todos los niveles, aúnen esfuerzos para evitar que se continúe excluyendo por la identidad étnica, latino, americano, o cualquier otro tipo de estigma que atente contra la identidad personal y universal; habitamos un planeta biodiverso y sus pueblos son la expresión viva de esa diversidad, negarla es negarla la vida misma, y su expresión en los seres que la habitan.
Horrores han cometido gobernantes, y la pregunta que se suscita frente a tal situación es ¿por qué se les ha permitido que esto suceda si el pueblo es soberano y es el que manda? la decisión de un gobernante debe estar avalada en el bienestar de su pueblo y bien común universal, buscando el menor daño posible, recuperando la identidad y dignidad de sus pueblos, entender que el marginamiento al desarrollo de su pueblo, les hará presa fácil de dominación y esclavitud globalizada.
No podemos permitir que se menosprecie ningún idioma, ninguna etnia; la xenofobia debe ser atendida como se atiende, proscribe y penaliza el bullying; las legislaciones del mundo y sus representantes deben tomar oportuna y responsablemente las acciones para salvaguardar a sus pueblos frente a estos flagelos que dañan, estigmatizan, condicionan y marcan a los seres humanos, en el peor de los casos, conduciéndolos a la expropiación, destierro, muerte, persecución y exterminio, como se vivió en el holocausto Nazi de la segunda guerra mundial a mediados del siglo XX.

El diálogo abierto, la ayuda de los que tienen el poder económico, el nombramiento de líderes ecuánimes, humanos, justos, preparados, solidarios, la protesta popular frente a vejámenes, han de ser la herramienta para salvaguardar los principios constitucionales, democráticos y humanitarios básicos de existencia en este planeta que por fortuna a todos pertenece.
Actuar a tiempo, oportunamente como líderes, nos permitirá evitar muertos, víctimas, una niñez sin identidad, o dominante, según el poder económico, porque los niños hacen una lectura de su contexto y lo reproducen a futuro, esto es lo que más debemos proteger en las decisiones que asumamos.
Si las aves migratorias buscan el alimento en el lugar en que se encuentra, realizando largos y peligros recorridos, atravesando el globo terráqueo en busca de alimento para sobrevivir ¿cómo cuestionamos al que atraviesa indocumentado una frontera, huyendo del hambre, pobreza, guerra y persecución a todo nivel, exponiéndose en su largo, incierto y peligroso recorrido, a todo tipo de vejámenes, violación, muerte, mutilación, todo ello, en busca de alimento y supervivencia?
No se trata en ningún momento de perseguir al migrante, ya sea inmigrante o emigrante, al extranjero, al diferente, al “bárbaro”, se trata de brindar acogida, apoyo, utilizando los canales de la diplomacia, el diálogo, la concertación, conciliación, transacción, negociación; a problemas globales soluciones globales, de lo contrario los cabos sueltos y las discordias, generaran más guerra y pobreza que agravará el problema.
La unión de gobernantes, sus diálogos abiertos, desprevenidos, sus alianzas estratégicas y apoyos, posibilitarán, abrirán los canales para crear políticas públicas, proyectos y condiciones de vida dignas y básicas para evitarlas olas migratorias; no se trata de castigar los gobiernos y pueblos con aranceles por no acatar órdenes que lesionan sus intereses e identidad y conquistas alcanzadas, muchas de ellas, a sangre y fuego. Acabar con la droga es un proceso histórico y largo porque su consumo se remonta a los propios orígenes de la humanidad, y con la globalización y tecnología, se tornó inmanejable.
Las potencias mundiales no pueden arancelar, marginar y castigar a los países satélites que por milenios les han enriquecido; hacerlo es atentar contra su economía misma y su poder hegemónico.
Históricamente Latinoamérica ha sobrevivido del modelo capitalista e imperialista norteamericano, después de la sangre derramada por la independencia del imperio español, quedando endeudada y sujeta a la imposición de la doctrina Monroe, “América para los americanos “.
Cada pueblo es dueño de su territorio y no está obligado a negociarlo, allí están sus hijos, sus pobladores, que debe proteger, vender sus tierras es vender sus hijos y ni el más necesitado por ley o necesidad lo haría.
De las decisiones que se tomen al norte, del juego del ajedrez político, de la unión de los gobiernos latinoamericanos y del mundo, su sabiduría y mesura, el hambre, la muerte, la pobreza, la guerra y desesperanza, no se apropiarán de sus pobladores, expresiones de vida y recursos.
Las grandes decisiones, las históricas decisiones, no habrán de tomarse en un escrito a través de las redes sociales, en momentos de exaltación y enojo, ellas deben ser mesuradas, consultadas, dialogadas con los afectados y sus representantes políticos, de tal forma, que ninguna consecuencia grave se derive de las mismas.
Cada pueblo es único, soberano, expresión viva de la vida, y a ellos, sólo a ellos, debe apuntar cualquier decisión política, sin importar las fronteras, los idiomas, las economías, y el tipo de sociedad en que se hayan organizado. Hacer un alto en el camino, ahora que hay crisis a todo nivel, especialmente económica, social, ambiental y política, es una urgencia para el bienestar de todos; los medios de comunicación deben unirse para ayudar a esta causa y facilitarla. Solo la unión crea la vida como lo enseña la cadena del ADN.
Las tiranías, exclusión y máquinas de exterminio ideológico y mecánico nunca han prosperado, por ello ha sobrevivido la humanidad, y a ello debemos apuntar siempre todos, estemos donde estemos y hagamos lo que hagamos.