PECAMOR

Sé que los arrebatos sirven para hacernos pecar,
Y tú siempre serás mi prohibición favorita, pues el infierno de tu cama,
Me sabe a cielo cuando te beso en el centro de tu universo,
Y por un momento
-la eternidad que estoy contigo-,
olvido mis miedos
Aunque sean ellos quienes se alejan en presencia de tu esencia,
Histórica, palpable,
De pergaminos arcaicos que prometen misterios;
O tal vez los dejo abandonados,

Aunque la soledad me sabe tan familiar...
Casi como cuando llega el momento de desprenderme de ti,
Cuando la realidad, que nunca se fue, a decir verdad,
Golpea fuerte sobre mi cabeza,
Para devolverme a ella y olvidar tu sueño,
Donde nuestros infinitos se unen para formar multiversos de ellos.
No te culpo de ahogarme en tus océanos,
La culpa nunca ha sido nuestra atadura
Porque, siendo yo cosmonauta,
Me volví navegante, inexperto
y naufragué.
Ahora importa poco sumergirme en los remolinos, porqué sé que tu aliento de sirena,
Podrá devolver vida a mis labios de arena.
Ha valido la pena dejar los cielos de ensueño,
Por tus islas edénicas,
Que son igual de paradisíacas, o mejor.
Que son iguales de preciosas e incitantes para pecar,
O mucho más.