PASADO... PRESENTE
PASADO... PRESENTE
Cuando escribo del pasado ¿será que estoy en presente?
Al vivir cada momento ¿cuándo me asomo al pasado?
Intento hoy ponerme al frente de mi proyecto de vida
Agradeciendo el encanto de fábulas, versos y amores
Saboreando sinsabores, y acuñando nuevas fuentes.
La mezcla es inevitable, nada soy sin mis memorias
Materia prima e historia se confunden en vivencias
De episodios fabulosos, mitos, sueños y sentires
Heredados de los padres, que oyeron tales cantares.
Visualizo con asombro la historia del tío Gustavo
Niño de dones dotado, con cuerpo frágil y herido
Quien movía desde su cama los cuadros del gran salón
Y con su mente pulsaba las teclas del viejo piano,
Que tía Lita exorcizaba en permanente oración.
Burlábase de los adultos, que alarmados lo cuidaban
Buscando sanar sus males y tenerlo protegido
Mientras el anhelo grande de Gustavo, el indomable,
Era aprovechar más ratos, ya que el mismo proclamaba
Que su paso por el mundo muy pronto terminaría.
Solo cinco primaveras de su presencia en los juegos,
Acertijos y conjuros fueron mezclados por todos
Goce grande por su ingenio, temor por lo incomprendido
Duelo y dolor penetrante al ver el inerte cuerpo
Desconcierto y gran empeño en conservarlo a su lado.
Varias décadas más tarde en mis juegos infantiles
Voy al cuarto de las ropas y descubro en un rincón
Una caja misteriosa, sellada por todos los lados
De madera muy antigua y superficie rugosa…
Madre evita la respuesta cuando indago el contenido.
La mucama de la casa, al sentir mi desconcierto
Sale al rescate y me dice, con alma de salvadora
Que no pregunte y que rece, porque en las clavadas tablas
se encuentra allí cual tesoro, el cuerpito ya deshecho
de un niñito muy querido, que ha llegado del pasado.
Pesadillas y temores… esqueletos y fantasmas
Llenan mi sueño de niña, pero al rebuscar la caja
Nada encuentro y me pregunto, si fue mi mente creadora
De aquellos huesitos blancos, que ubiqué en asociación
Con los relatos del niño, con sus poderes y magia.
...Muere mi querido abuelo, y se oye un gran murmullo…
Deciden madre y abuela que ya ha llegado el momento
De que el mismo lecho aloje, padre y esposo querido
Acompañado en cenizas, de la presencia traviesa
Del hijito, hermano y tío que ocasionó mis desvelos.
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