Para ti, el más lindo
Y tú, eres lo más lindo que mis ojos han visto.
Y tú, detuviste la tormenta con sólo decir mi nombre.
Y tú y tú.
No hay nadie más en la habitación.
Sólo tú. Aunque a ratos también estaba yo, que reía sin miedo ante el gris de tu mirada.
Tu risa, cual mar que limpia la orilla, se llevó todas las piedras que me impedían caminar descalza. Ahora salto, ruedo, me recuesto en la arena y sonrío porque tú, de todos los que me rompieron, eras el único que podía unirme de nuevo.
Mi frente siempre pertenecerá al abrigo de tu boca y mis manos siempre extrañarán los minutos en que las hiciste sentir en casa.
Gracias por rescatarme, aunque sea por unas horas, que contigo a medio metro, me sentía dueña de las olas, del mar y de todo lo demás.
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