Océanos
Dulce salados océanos
vergel del planeta;
con mil manos generosas
desbordando frutas
de apetitosa pulpa.
No conoce
la palabra mezquindad
ni selecciona edades
para regalar sus bocados;
y de par en par abiertas
todas sus puertas azules.
No necesita abonos
ni oraciones
ni suplicas
para hartar las mesas
de maderas sin pulir
o de manteles
ricamente bordados.
Mundo, universo
de bosques sumergidos
enemigo; pero no ajeno
a las bombas
al hombre de hiel
a ser vía para la discordia
a la palabra destrucción.
Granos de trigo
recién puesto en el surco
caldo que se macera
bajo sal y silencio
guardan sus profundidades
maná de todos los tiempos
y próximas centurias.
Pero generación
de nuestro tiempo
serán nuestras tumbas
alabadas o censuradas
en tanto y en cuanto
sostengamos,
que los dulces y salados océanos
son vergel del planeta
que debemos cuidar.
Quillón, 12/01/2017
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