EL TIEMPO NO SE DETIENE.
El tiempo pasa y se va, a veces muy rápido y
nadie podrá detenerlo, se aleja dejando huellas
imborrables porque él mismo sabe que no volverá jamás;
pero, a cambio nos deja mucha experiencia, conocimientos,
aprendizaje y sabiduría, aunque muchos quisiéramos
Quién no añora la pasada juventud, llena de ilusiones y
con todos los sueños que formaron parte de un
ambicioso y maravilloso pasado pero, él se marchó
de prisa y sin previo aviso llevándose las ambiciones y
los grandes amores de toda una vida forjada de sueños.
El tiempo nos dejó marcadas arrugas como señal de triunfo,
quitando el brillo de las atrevidas miradas y
resecando la suavidad de la piel,
señal inequívoca de una marcada y marchitada vejez
para decirnos una y mil veces que por mucho
que lo deseamos el nunca podrá retroceder.
Así es la ley de la vida, con él se van las esperanzas
A veces sentimos que pasa cantando una alegre copla y
los sueños se quedan flotando entre las blancas nubes;
adiós a la esperanza de una anhelada reconciliación
crece la distancia y los recuerdos se esconden
en las oscuras sombras de una vieja noche que vió
morir con su partida una añorada y delirante ilusión y
en el silencio y la soledad quizás algún viejo
amor quedó encendido pero, el tiempo que nunca perdona;
por ardiente que sean los besos el puede apagar.
BARQUISIMETO VENEZUELA 12/03/2017.
AUTOR: ADJUNTA OMAR RAMÓN.
RESERVADOS LOS DERECHOS. P/964.
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