Nunca te enamores con la mente, ni jamás pienses con el corazón
Nunca te enamores con la mente, ni jamás pienses con el corazón.
Nunca te enamores con la mente, ni jamás pienses con el corazón; ya que a la larga ni la muerte te permitirá descansar por causa de tal confusión.
Nunca ames con la mente ya que mañosa te envuelve haciéndote creer por siempre, ¡que la pesadilla con que te alimenta es el deseo que tanto anhelas!
Nunca ames con la mente ya que egoísta prefiere mantenerte en soledad a que tus besos los disfrute algún ser de belleza interna, vil intruso que por siempre será ajeno a los parámetros de belleza que tu mente siempre maneja y que tal cual siempre te enjareta.
Pretende privarte hoy y siempre de aquellas manos que amenazan con despertar a tu cuerpo de su legendario letargo, ¡este que deshonestamente ya te ha heredado!
¡Tu libido aun se manifiesta ilusionado por embriagar a esa piel que tanto le desea y que en algún momento le degustara y no será fingido ni tampoco por la fuerza!
Nunca sientas con el pensamiento ya que el te siega, te transforma en un ángel que calculador irradia locura, mientras sus alas son consumidas por la culpa. Culpa que inspira a que el amor se aleje y se esconda de esa locura que en sus momentos depresivos entre más se disgusta, a tu corazón más y más repudia.
Nunca sientas con el pensamiento ya que el te ata, te asfixia y te harta con preguntas sin respuesta. Te lleva a una total perdición obligándote a desamparar sentimientos que desilusionados pretenden suicidarse sobre ese acantilado donde los espectros de tus besos aun se lamentan por no haber sido probados por unos labios tiernos.
Nunca te enamores con el pensamiento, siente y ama con el corazón; ya que la mente te ha seducido tantas veces con mentiras que ya crees que tus sueños son realidades que te destrozan, ¡siendo culpable directo tu fiel corazón!
Nunca sientas con la mente ya que egoísta ofrenda tus sentimientos a los ángeles que corrompidos hacen que rechaces a demonios que únicamente intentan salvarte, evitando que con su inevitable caída los ángeles no te arrastren desde tu bajo cielo hasta sus profundos infiernos donde pretenden corromper a tu ingenua razón.
Ama con el corazón ya que el siempre te querrá con verdad y aunque por muy dura que sea la infelicidad, ¡ella se secará ante el retoño de tu felicidad!
Nunca te enamores con la mente ya que ella te hace creer que lo imperfecto es perfecto. Te hace sentir que aquellas puñaladas son tiernas caricias y las mentiras dulces palabras, que embusteras sesgan todos los anhelos sembrados a lo largo de tu existencia sin que ni siquiera te des cuenta.
Nunca ames con el pensamiento, siente a tu corazón; escucha sus latidos que fuertes y seguros reaccionan cuando el amor llega y se detiene al descubrir tu belleza interna.
Paciente él espera a que tu razón le reconozca, pero casi siempre la mente te ciega y terminas por ignorar a ese ser que ni siquiera lo refleja tu mirada color castaña; ¡esto se debe a que en ella de momentos habita la astuta nada!
¡Cuando tu corazón late!...
¿Logras escucharle?
El susurro de tu mente confabula para que no le aceptes. Con promesas infundadas libera a tus miedos que van más allá ambicionando devorar a todos los sentimientos que se resguardan dentro de tu pequeño pecho.
Siente, escucha como a tu corazón le abraza el amor.
Deja ya a un lado los pensamientos soeces de odio con los que tu mente intenta retomar el control y tal vez si escuchas con atención serás por fin libre y ya nunca podrás negarte un perdón.
Pero jamás, jamás pretendas pensar a través de él; ¡ya que solo te destruirás y nunca jamás vivirás la realidad debido a que ya tu razón nuevamente se ausento!
Nunca ames con la mente ya que insegura y caprichosa te llena de temores, de rencores.
Ella solo vela por intereses mezquinos que el corazón ni requiere.
Nunca pienses con el corazón, solo siente como palpita, como te reaviva, conectándose con la realidad de tus anhelos.
En cada momento, con cada palabra, con cada poema que te prodiga la verdadera vida te develará que y quien es el verdadero amor, que paciente espera a que tu deseo se desnude dentro del inmenso mar de estrellas y así por fin muerda tu anzuelo y ambos reúnen en el reino de tus anhelos.
¿Detendrá una sola de sus caricias al tiempo o detendrá tan solo tu aliento?
Nunca ames con la mente ya que la soledad te rodeará, la luna te esquivara y Cupido rechazará tu pensamiento cuando soberbio le exija un brillante cuerpo.
No, nunca te enamores con la mente, siente con el corazón.
Siente como late muere y renace llenándote con vida.
Desinteresado te ofrece infinidad de oportunidades, ¡aunque a través de tu historia lo defraudes en aquellas ocasiones que pretendas amar con la mente y pensar más y más con el corazón!
Autor: Mario Cesar Palma G.
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