Nos quemamos.

Marque mi piel con la historia de nuestro encuentro,
se que me llevas clavada en tu pecho,
es inevitable, somos como la tinta y la sangre
destinados a nunca borrarnos.
Cuerpo traidor,
maldito corazón,
que late mas rápido a cada momento,
que se quema a fuego lento cada vez que nos vemos.
Como si la muerte nos acechara,
nos consumimos cada vez que lo hacemos

y nos vamos directo al infierno.
No hay perdón, ni bendición
no esta bien, pero no puedo detenerme
y tu no puedes dejar de buscarme.
Adictos al peligro,
nos hundimos en cualquier lugar,
sin vergüenza nos tocamos aquí y allá,
sin parar nos besamos, ni para respirar paramos.
Fuerte y profundo,
sin perdones ni permisos.
Solo somos dos locos sin cadenas,
que buscan apagar lo que nos quema.
Entraste hondo en mi mente
sin perdones ni permisos.
No puedo entenderte,
vas a tu ritmo,
siempre de frente,
sin parar o detenerte,
no me das cuartel,
no me dejas esconderme.
Es innegable que me posees.