Noción de vos y el mar

Jamás había mirado fijamente el océano
como ahora que me alcanza tu memoria
y encomiendo a la arena que vuele con el viento
a llevarte un susurro de esta voz apocada,
entonándote breve nuestro wonderwall.

Paseo ensimismada por la orilla
y las olas se llevan mi tristeza
pero dejan intactas la abstinencia de vos
de las cosas que aún no te conozco

y los sueños que aún no se resignan
a abandonar los ecos del futuro.

¿Dónde estarás mañana,
cuando te busquen todos mis anhelos?

No pretendo que cures mis viejas heridas
no aspiro conocer lo que he desconocido
no te quiero perfecto para mis emociones.
Prométeme que habrás de ser vos mismo,
que aún en esos días venideros
conservarás al hombre imprevisible:
imperfecto, irascible, inigualable,
irreverente, impropio, inteligente,
indiscutiblemente ausente por ahora,
indiscutiblemente mío para siempre.

Vendrás como este mar que me cautiva
anclándome a la orilla de tus ojos.

Como el ápice níveo de este ocaso
te ocultaré en mi pecho al despertar.

Salitre.
Espuma.
Viento.
Caracola.

Distancia.
Sueños.
Tiempo.
Eternidad.