No LLores por mi Argentina
Esto no va, de Evita el musical
ni de mafaldas tristes,
va de cosas que nunca debieron pasar,
va de lágrimas en unos ojos grises.
Paseando por San Telmo la encontré,
despistada mirando su celular,
sin quererlo con sus huesos tropecé,
las miradas empezaron a actuar.
D
risas camufladas entre la vergüenza,
cada uno por un lado nos fuimos,
era el principio del fin de una amistad encubierta.
Dimos cuatro pasos y nos volvimos a mirar,
fué el destino, o el instinto,
fué capricho, o pura casualidad,
fuera lo que fuera fue totalmente distinto.
Te invite a tomar café, pero me dijiste mate,
yo la verdad no sabia a que sabia,
eras relinda y estabas loca de remate,
pero valía la pena descubrir esa osadía.
Las horas se esfumaron como por arte magia,
paseamos de la mano por el barrio de Palermo,
eras de esas personas que su risa te contagia,
estabas siendo la cura para un amor muy enfermo.
Quizás por miedo a perderte te oculté lo más importante,
la verdad es que no sabia como te lo tenia que decir,
te miraba a los ojos y estabas guapa y radiante
pero esa misma noche, yo volaba hacia Madrid.
Tus ojos se llenaron de lágrimas invisibles
y yo maldije mi suerte y toda mi puta ruina,
y solo acerté a besarte y a decirte,
no llores por mi Argentina.
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