Nieva en Agosto
Vivo en otro mundo y no soy consciente,
Los límites que intento sesgar, me parecen incompetentes a mí felicidad.
La neblina de mi propio cigarro,
resbala por la silueta de mi cara.
El repiqueteo de mi boli, entre mis dedos,
me recuerda a un tictac del reloj desconocido, sin parar.
Me siento congelada, en el camino de nieve del verano, las flores tísicas y enclenques me recogen el pelo en un peinado vulgar y nefasto.
No veo las huellas donde deberían estar el camino, pero sigo andando, sin mirar como el frío me quema la cara.
Abro y cierro los ojos, mientras sigo mi camino sin tener ni idea ni pensamiento que me diga que pare, simplemente conduzco a mis pies a la absurdez de la vida, a las preguntas incesantes de sobriedad recogida de esta sociedad.
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