MUNDOS QUE HAY EN TI
Como gota de lluvia en el estío,
como hoja en arremolinado viento,
como dorada abeja en pijama de polen,
como un sol noctámbulo…
Me busco dentro de ti, los labios.
Para que mi alma siempre
encuentre en tu bóveda mis besos
más allá de los arcanos previstos,
de aquel horizonte vivido.
las bocas que cerraban el círculo;
y tus silencios cobijaron los míos.
Como si estuviera loco, ciegos sintieron
los dulces vagabundos sin código,
libremente afanado a tus espejismos.
Yo vi en tus pupilas en flor salpicar
del risco de Famara otro efímero ocaso
magnetizando secretos sosiegos
por la cúpula roja del tiempo;
matizada sombra magenta del olvido...
También en bellos montes de Ankaratra
olfateé tus apaciguadas nubes abrazándome
el rememorado Mediterráneo del deseo,
olas que consiguieron perfumar mis naufragios
con la salubridad del bermellón húmedo.
Y en la verde Amazonía te probaste diez frutos
tropicales del abismo que germinaron los dedos
y el amor del mundo me pareció tan sincero
en la palma de mis ramas que te abrazaron...
La Selva Negra y los Andes fueron
impares oídos del latifundio de la sangre
mientras dormías cobijando mis atómicos astros
el reposo que nos tentaría acunarnos.
Del Serengueti al Kilimanjaro
existieron muchas aves migratorias
que supieron adivinar a dónde partieron
todos tus sueños que conmigo volaron…
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