Mirar Al Vacío

Me pediste paciencia e insistí en ello,
luego vino un año, después otro siglo,
y los ojos se me cayeron al suelo de tanto mirar al vacío,
atravesé tu silencio remando con mi propias manos
pero la tierra prometida de las palabras en tus labios
se desangraron a las afueras de los paraísos que soñamos,
con la vida siempre a lo lejos, en el filo del horizonte del llanto,
aprendí a contar al revés los sufrimientos,
tú siempre en el escaparate de los ríos,
yo a la orilla de una luna en cuarto menguante

que nunca llego a cuajar en una noche para el recuerdo,
¿cuánto vale una caricia, a cuánto cotiza el deseo?
la piel del forajido huido de la razón
no es adecuada para un final hermoso
sobre todo cuando las luces de la tarde
se empeñan en llenar de oscuridad tus ojos.