Miel De Rastrojo

Me dais a probar miel de rastrojo
de la que crece en los agujeros de agua en la provincia del Yucatán,
dentro de unas cuevas inexploradas repletas de oro
y sobras de los atavíos de las vírgenes con ojos de murciélagos y cráneo modificado
que fueron utilizadas en los sacrificios de Bonampac.

Recorro los caminos de conchas y nácar
que conducen al barrio de los indios Jarochos
y escucho hipnotizado que la noche de los espíritus es Ibiza a imitar,
me invitáis a pasear por Mérida sin Roma detrás,

a partes iguales me niego a escuchar un violín en la Opera
como asistir de smoking al Palacio del Arrabal,
todo da igual cuando para perder no has de pagar.

Me dais un colorín colorado para un cuento que no ha de acabar,
¿para qué la naturaleza virgen en la tumba del sacrificado?
la evangelización de los instintos del jaguar está demás,
la pirámide del arquitecto de las largas distancias
y el final del calendario Maya
es el ritual de sangre que corrobora la condición de la mujer jaguar,
y digo: no pienso utilizar mis armas de barro
contra imágenes de mármol y granito
porque sería un suicidio y no merezco tal final.