Mi Viejo Sabio
Mi viejo sabio
Autor de José fefo Pérez
Ya casi vacío el frasco de su esencia,
Efluvio de vida que derrocha el tiempo.
Siento en mi propia piel su dolor de viejo,
su impaciencia y su poca resignación
Se sienta en el rancho mirando hacia el monte,
Con un cigarro, su café puya en la taza de coco,
que canta desde las ramas de un guayabo.
Con nostalgia mira hacia las verdes montañas
Que de niño recorrió desde el valle a la cima
Del este al poniente persiguiendo ranas de uñas
Desvistiendo al tamarindo, al caimito, y la poma
Muy sabio es mi viejo, lo que sé lo aprendí de él,
fiel a sus principios y muy recto en su proceder
maestro en su filosofía, cumplidor de su deber
diestro con la gubia haciendo figurillas de Cupey.
Aprendí de él que para recoger hay que sembrar
sentenciaba que el hombre que quiere mujer
mínimo debe tener casa vaca tormentera y buey,
una tala de maíz, otra de tabaco, y la otra de café.
A la tierra hay que atender a la madre a la mujer
la tierra es un templo, no se vende se quiere y se respeta
Se defiende con la vida porque la tierra es la tu patria
y a cambio de tus respetos te dará leña y te sustentara.
Anduve de la mano con él por toda la montaña
Sabia de cada planta su nombre y su bendición.
Dijo un día si mis hijos lee yo aprenderé también
así comenzó su pasión por la poesía y declamación
Los años le traban las piernas y le atan su mente,
otea el horizonte por los lindes de sus antepasados
Aquí nació y aquí ha morir porque es su deseo
Y no menos se merece quien tanto amo sus prados.
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