Mi vida en quince años

2016 Oct 29
Poema Escrito por
Diego Hernández

Nació extremadamente tarde un accidente

Cuando su llegada al mundo no fue conveniente

Donde sobraba la bondadosa humanidad

Donde sobraban problemas de natalidad

En la cuna de las pelotas policromáticas

Q

ue tantas noches oyó lamentos y sollozos

Se radicó para dormir con sueños oscuros

Y no recordar más que lo negro de sus sueños

Más tarde que temprano diría una palabra

Demoró tres años y medio en pronunciar mal

Creyendo su propia madre que era retrasado

Al verlo no hacer más que gritarles y observar

Pensó lo peor de él por su oxidada matriz

Y el pequeño sorprendió a toda su familia

Cuando fue capaz de hacer uso de la razón

Empapado de curiosidad por el saber

Se le hizo demasiado simple aprender lo nuevo

Naciendo otra vez como un niño superdotado

Un genio sin una área exclusiva a explorar

Capaz de convertir en diamante lo tocado

Solo que él lo social nunca pudo tocar

Hizo unos pocos amigos de la muchedumbre

Criticó a ésta sin falta de fundamentos

Aislándose en el refugio de una amistad real

Hasta que por fin halló el amor en los trece

Cuando conoció a aquella joven tan preciosa

Que parecía sacada de sus sueños íntimos

Se amaron con una locura que cegó a ambos

Siendo imposible que identificaran defectos

Se amaron hasta el último y fatídico día

De vuelta de la travesía de la princesa

Ésta perdió el seso que le quedaba arriba

Y abandonó a nuestro protagonista azul

Sin alguna cuerda razón aparentemente

Provocando la extrañeza en nuestro querido hombre

La infelicidad y depresión se le acercaron

Y lo golpearon con impresionante violencia

Pero se fueron en pocos meses los matones

Cuando les apareció el gigante defensor

El que había sido querido pero olvidado

Reencarnado en una nueva persona, su amor

Estuvo feliz como antes en esa semana

La semana que constaba de cinco días

Donde volvió la infelicidad y depresión

En mano del término del amor de su otra amada

En mano del término de la épica canción

Sin embargo la trova no termina en los quince

Ni acabará en los veinte, treinta ni cuarenta

Porque ni siquiera él ni nadie más sabe

Ni el padre de él sabe que le deparará

Lo que le deparará lo ahora inexistente

A ese joven extraño y misterioso, a mí

Por lo que dejo el día de hoy, la pluma sin tinta

2016 Oct 29

Diego Hernández
Desde 2016 Sep 22

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