Mi Poema

¿Qué por qué me gustaste? No lo se.
Yo te leí sin buscar quererte.
Pero vaya poema que me encontré.

Quizá fue el ritmo de tus caderas,
O como rimaban nuestros seres.
Tal vez fue la tinta de tus ojos,
O que podía tomarte en mis manos
sin miedo a romper tus hojas.

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�Qué por qué me gustaste? No lo se.
Pero como amé leerte.
Gustoso me hubiera aprendido cada verso tuyo.
Desde tu cabeza hasta tus pies.

Ame tus ojos y tu sonrisa.
Y aquel punto final sobre tu mejilla.

¿Qué por qué me gustaste? No lo se.
Pero tu bien sabes que lo intenté.

Coloque una coma bajo cada punto que tu me pusiste.
Pero te aseguraste de poner un punto final.
Y cuando un poema verdaderamente acaba,
No queda nada más que voltear la hoja.