A Mi Jeimy María.

Mujer de corazón de oro,
cuánto te quiero, en ti encontré
el un tesoro hermoso llamado
amistad, y hermandad.
Gracias por siempre estar dispuesta
a escucharme, por ser una amiga,
confidente, y mucho más.
En ocasiones me he sentido
pero siempre has tenido una palabra,
un gesto de consuelo para reanimar
mi alma cuándo me he encontrado
abatida.
Tú me has enseñado que existe
la palabra amistad, que sin importar
lo difícil que se ponga las circunstancias,
y aún con el corazón roto, con la frente
en alto uno debe siempre continuar.
Me has guiado como una hermana
mayor, con amor corrigiendo
mis errores, y con una cálida sonrisa
siempre me has alentado a seguir luchar
por mis sueños.
Aveces te he visto en día difíciles
con el alma herida, pero siempre de pie
luchando como una guerrera por tú
familia.
Admiro, respeto, y agradezco a la vida
haberme premiado con tú incondicional
amistad, y a Dios por ponerte
en mi camino como un luz de esperanza,
para ser guiada.
Nunca me cansaré de agradecerte
por tú amistad, por tú entrega,
compromiso, lealtad, y por incluirme
en tu vida.
Gracias Mi Jeimy María
por enseñar que los fracasos forjan
para mejor el camino, por nunca soltar
mis manos, por tu magistral amistad,
y sobre todo, por ser un ejemplo,
amor y dedicación.

Conoce más del autor de "A Mi Jeimy María."