Me gustas

Me gustan tus ojos, tanto como para quedarme y habitar en ellos durante este frío y largo invierno.
Me gustan tus labios, y no porque muera por ellos, al contrario, porque sanan heridas que pensé que no tenían cura.
Me gustan tus manías porque son como esos trozos de poemas no apreciados por algunos pero amados por otros muchos.
Me gusta tu forma de llegar, de arrasar con todo lo que soy y en lo que creo y no creo que exista.
Y puestos a contarte lo que me gusta, puedo decir que me gustas, sin ningún «pero» y en todos los tiempos.