Mares en los labios

2019 Ago 22
Poema Escrito por
Saida Cerdán

MARES EN LOS LABIOS

Nadie más que yo quiere dejar de sentirse así; tan vacía y triste, tan hundida y destrozada, tan necesitada del cariño que sólo tú puedes entregar.
Ahora queda un charco de lágrimas, una laguna por la libido. Una polla dura cuando equívocos y sumisos gemidos son el axioma para unir las exquisitas palabras de quererla dentro de mí. Tan mansas como amargas, tan amargas como el sabor de tus labios en la distancia. Tan perpetuo el sabor como tus vitales sentimientos de indiferencia acostumbrados a la irreverencia de los míos ante tu presuntuoso camino que recorren tus dedos entre mis piernas.
Hago acopio de los latidos de mis llamadas, y no veo más que una colmena de avispas asesinas mutilando tus ganas de estar conmigo. Un enjambre de necesidad y obsesión que llama sin la seguridad de ser atendidas por una simple enfermera de la reina.
Y es que parece que juegues a ser el cabrón más tierno y mejor camuflado.

Instantes en mí te quedas, para ti son horas.
En milésimas de segundos se formula la acción de irte lejos.
El silencio se hace presa de él mismo.

El cielo se contrae para respirar aire fresco.
Una riña que ha de solucionarse con el polvo.
Y el polvo mágico que dibuja la sonrisa más pura de la desaliñada niña carcomida por sus propias fantasías, tan cercanas a la desnudez no consentida como a la muerte baldada.
Recibiéndola con deseo y poco esmero.
Mil cortes que descarrilaron en únicamente dos efímeros fines certeros.
Quizás, entre toda esta marejada ola de tortura escrita solo se perciba la principal causa de mi agonía.
Por ser laguna entre las piernas, y riachuelos en las mejillas.

Y ya no necesito palabras,
pues estoy harta de las palabras.
Las odio, no traen nada bueno.
Solo sirven para entorpecer.
Un obstáculo para las emociones.

¿Por qué han de haber palabras
para expresar alteraciones del alma?

¿Por qué llorar no cuenta
si no dices qué te pasa?

¿Por qué no escuchar las lágrimas
de una estúpida niñata?

Estoy harta de las palabras,
no valen para nada.

No necesito que me digan
"sé fuerte, niña mía".

No necesito...
...que me animen con ellas.

Necesito una presencia
que acalle los gritos.

Necesito no sentirme
como la más pura mierda.

Dejar de hacerme tanto daño,
tanta autolesión interna.

¿Dónde está?
La carencia de emoción,
se perdió la frialdad
que calmaba mis ansias.

La extraño.
Lo extraño.

Solo me derrumbo y me acompañan:
la constante del dolor,
la ecuación de la melancolía,
la división del tiempo;
que se suma a la desgana
y resta el latido.
Dejando un cero en el resto,
un cero a la izquierda
para el resto de mi vida.

¿Pero qué sería de la vida
sin el desasosiego y el melodrama?
¿Sin la turbación y agitación
de una camisa desabrochada?
Sin la adrenalina,
sin las endorfinas,
sin la serotonina
inundando las conexiones cerebrales
de una maja y no tan maja,
desvestida y maltratada,
deseada y deseosa niña,
por ser humillada.

Qué manera tan absurda de matarse,
que la niña prefiere sentir dolor
a no sentir nada.
Vivir para la vida alcanzar,
vivir por amor,
morir en mitad del duelo
del amor, que no llegó a consumarse...

...convirtiéndonos en el vago recuerdo
de un pobre rechoncho.

Saida Cerdán

¿Nos batimos en duelo
o dejamos que nos duela el amor?

*Disculpad por algunos errores de pronunciación*

2019 Ago 22

Saida Cerdán
Desde 2018 Jul 27

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