"Manumisión"
¡¿Quien me robo la luminaria luz de la fé,!?
Acaso fue el mandinga, que anda con antifaz...
Con sutileza galante y adornos que seduce;
Oh! es mi gran imperfección que se diluye fragilmente...
Miro el pasado, y tampoco era facíl,
pero una fuerza espiritual me sostenia.
Ahora cualquier diminuto escarabajo,
me da miedo y caigo languida...
T
que hay un abanico para dislumbrarnos.
Y empalmar a los ojos,
el perfume poco sofisticado.
Nos tientas las imagenes,
las luces de la noche.
El ramaje de plazas oscuras;
y la maldad de brillo sedante...
Escribo de puño y letra,
la razón de mis penas.
Y hoy cobra mi estadia;
un trueque en esta vida...
Querer morirme a cada instante,
en la mansión de la tibiesa.
Y en la arena de oro;
entierro lo que no es sierto...
Se me pierde la figura de mujer,
turbia y malumorada,
gotean cargas de penas;
No hay risas, ni rocas muertas...
Quiero agarrar la fragíl sintonia de la vida,
y tejer con hilos fuertes,
los valores que me despierten...
Tener nuevamente una figura erguida,
y seguir adelante...
Encontrar el paraíso de la redención...
Conoce más del autor de ""Manumisión""