Madrit ; ...

2018 Jun 12
Poema Escrito por
Nico Scepanovic Araya

Solo quería conocerle.
-Desde siempre.

Nos encontramos
como debía
de ser,
de noche.

Llegué en medio de la fiesta,
sin saberlo

sin estar preparado.

Debo reconocer que al principio me quede
anonadado;
como
cuando
la fuerza de la naturaleza te quita el habla,
unos momentos.
-Muchos minutos,
toda la vida,
nunca es suficiente.

Volví cuando una pareja de borrachos
me golpearon el hombro.
-Rayos una cuesta!
una fiesta?

Debía
encontrarme con alguien,
pero no tenía como avisarle
y
no vi a nadie,
estaban todos.

La Violetera
fue la primera en saludarme,
fue muy amable.
-Gracias.

Ahí fue cuando lo reconocí,
Madrit,

nos fuimos
conociendo
cerveza en mano
caminando a la 2 de mayo.
-Quizás fue en ese momento.

Luego
paso lo inevitable,
nos miramos,
nos encontramos,
bailamos,
conversamos,
nos encontramos,
nos tocamos
nos sentimos;
pase mi lengua áspera por la porcelana de su piel helada
desde Gran Vía,
hasta la Puerta del Sol,
ahí me detuve besando suavemente sus labios.
-Ya para entonces te titiritaban sutilmente.

Fotografiaba
artistas callejeros por la Plaza Mayor
y
lo vi
nuevamente,
Madrit.

Le capture sin que me viera
conversando con un retratador mayor.

-También registre unos Mickey Maus raquíticos con sus trajes de pascuero y
con el género de su piel
desteñido por el brillo.

--EL Sol golpea duro en primavera.

Pase mi nariz
oliendo su cuerpo
mezcla de miel y canela
hasta La Latina.
-Atrás mis dientes luchaban para no morderte.

Compramos unas albóndigas veganas
en un negocio
para ir a comerlas a la plaza del Alamillo.
-Donde está el Alamillo?

Mientras almuerzo me distraen los bailes
de los palomos, por ahí cerca de la plaza de Nelson Mandela,
bailan tan coordinados.
-Hay que reconocer que son esforzados.

Con la yema en llamas
lo recorrí nuevamente por la Gran Vía hasta Plaza España.
-Donde le invite un café
a
don Sancho Panza,
grande personaje
imprescindible
y no tan bien recordado.

Llegue a la Plaza de don Pedro Zerolo,
y
como si estuviésemos predestinados,
Madrit cantando.
-Qué lugar más flipado.

Caminamos
la verdad no sé bien por donde.
-Me dedique a perderme.

Solo me entere que estábamos en Madrid Río
cuando entre y salí
una y otra vez por ese puente
hasta que me teletransporté
al bello San Isidro
y su frondoso verde,
escale sus ramas y rescate los
globos atrapados a su suerte.
--El Sol golpea fuerte.

Íbamos por unas cervezas y otras cosas a la 2 de mayo.
-mi lengua muy de cerca te seguía
acompañada esta vez por la yemas y mi olfato que te comía por los bigotes de mi barba.

En el cielo las Urracas
bailaban en círculos
haciendo argollas,
su plumaje tornasol de terciopelo
lograban
reflejar su brillo
de mil colores por todo el cielo.

Las Mininas
todas muy bien vestidas
de diversas formas y colores,
me guiñaban un ojo
y apuntaban
mi camino
hasta el Parque del Retiro,
por ahí
cerca del Ángel Caído,
perdido
en un espacio tranquilo
nuevamente
Madrit
ahí
todo sonriente.

-Ya no me resisto.
--El Sol golpea tan fuerte.

Autor:

Palabras: Nico Scepanovic
Imagen: Nico Scepanovic

2018 Jun 12

Nico Scepanovic Araya
Desde 2016 Ago 12

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