Los encuentros en su casa

Fue para mí sin saberlo la última estadía en el lugar de tantas concurrencias, jamás imaginé dejarlo de ver tan pronto, y que mi mente ahora tomara aquel sitio para dejar recuerdos impresos tan vívidos y tan tormentosos, fue ella la que siempre vi allí con esa misma expresión que propagó en mi cuerpo la mejor satisfacción; sentada en el sofá de aquel lugar después de una día agitado, los rayos solares de una tarde que fenecía atravesaban la ventana haciendo resplandecer su rostro por escasos minutos, al mismo tiempo que relataba lo que le acontecía , la escuchaba con atención y las horas transcurrían con rapidez; algunas veces las anécdotas que compartía concordaban a la par con mis vivencias, y entre silencios impensados sobrevenían en su boca y en la mía innumerables besos, la noche se dispersaba de forma inesperada dando aviso a un adiós ineludible, las despedidas propiciaban más deseos y ansias de tener un encuentro así, siempre se daban estos encuentros, y algunos eran tan excepcionales capaces de aguardar consigo una pasión hasta entonces indefinible...