Lo vivido no fue en vano...

Hubo noches en las que, triste,
abrace mi almohada hasta lograr conciliar el sueño;
y otras en las que me fui a la cama tan feliz,
al punto de no conseguir pegar un ojo.
Creí en amores perfectos y descubrí que no existen...
aunque todavía sigo esperando a mi príncipe azul.
Confié en personas que me decepcionaron,
y también decepcioné a gente que confió en mi.
Me he mirado por horas al espejo
criticando y maldiciendo partes de mi cuerpo;

tuve tantas dudas acerca de mí, tan baja autoestima;
me costó quererme y aceptar lo que soy.
Grité cuando debía callar, callé cuando debía gritar.
Mentí mucho... me arrepentí después,
y cuando dije la verdad, también me arrepentí.
Fingí no dar importancia a las críticas,
me trague mil palabras y (no se como) soporte el dolor.
Muchas veces dije lo que no pensaba para agradar a unos
y no dije lo que pensaba para no lastimar a otros.
Tengo mi invierno y mi verano, al igual que el resto,
y a pesar de todo confieso que lo vivido no fue en vano...
porque siempre tuve quien me de una mano;
y me cuente chistes malos, solo para no verme mal.
Aprendí a sonreír llorando y también he llorado a carcajadas;
y sufrir por algo que no valía la pena,
me enseño a valorar las cosas que realmente la valen.
Por momentos quisiera huir... desaparecer;
pero se que vaya donde vaya, los problemas me acompañarán.
Ya soñé demasiado, y lo seguiré haciendo siempre…
porque es el único instante en el que evito lidiar con la realidad.