LA MORADA

2024 Ene 30
Poema Escrito por
Saturno

Era imposible respirar,
su nombre se marcaba
en mi mente...
Me acuerdo de esa vez, eran tiempos primaverales y todo olía a flores... sus variados aromas se esparcían en cada lugar donde hubiera aire para respirar. Mi mirada ya era vacía para ese entonces, mis relaciones amorosas nunca salieron como me lo imaginé en sueños, pero su aroma, sus ojos, su forma de hablar... eran perfectas. Era Jacob, mi pareja actual. No podía parar de pensar en mis errores y en las montañas de los suyos. No eramos perfectos, pero me enamoraba su mirada. Un día, Jacob me llamó a mi número y me dijo "María, tenemos que hablar sobre nuestra relación", en ese momento, mi corazón se bañó de tristeza, sabía lo que ocurría. fuí a nuestra casa, una hermosa morada, perfecta para descansar del día a día. Cuando entré a la casa, me clavó su mirada en mis ojos, en mi cuerpo, en mi rostro. Me dijo que nuestra relación no era sana, que yo saldría lastimada. No pude creer que lo diría, porque mi amor por él era tan grande que siempre perdonaba cada uno de sus errores, lo que él no hacía conmigo. Le dije que podíamos arreglarlo, porque en el fondo, quería seguir con él, quería seguir viéndolo todos los días preparar su taza de café, ver cómo se ponía su ropa, cómo me llamaba entre gemidos al estar en la cama, y algún día, ver cómo me proponía matrimonio.
¿Qué hice mal, que no lo hayas hecho ya tú?
Los ojos me pesan de lágrimas...
(pensé)
la conversación pasó a convertirse en una disputa. Me echó en cara cada uno de mis defectos mientras solo podía mirar mi inseguridad en el asunto. Terminamos. Mi mundo se echó a perder. Es bien dicho que hay más peces en el mar, pero uno llega a querer a cierto pez en particular, lo amamos, y no nos importa el resto del océano. Él se mudó a un apartamento, y yo quedé sola con mis cobijas, en nuestra casa, en nuestra morada, pensando en él en todo momento y lugar. Falté al trabajo por mucho tiempo mientras observaba cómo mi vida se desmoronaba, y la de él mejoraba, era como si lo nuestro hubiera quedado en el olvido, como si nunca hubiera ocurrido en este mundo.
Para él,
verme era un pecado,

era un acto impuro en su propia religión.
Soy la mujer que amó, y él fue el hombre que adoré con la totalidad de mi fe. Nunca volvimos a entablar una conversación, ni mucho menos cruzar una inocente mirada de desprecio. Hasta que un día, por casualidad, llegué a nuestra casa, y él estaba ahí(era obvio, podía entrar, tenía las llaves). No podía creer lo que veía. Él se me acercó y me besó, me dijo que no podía más, que fue un error haber terminado, y yo, como una estúpida, creí en sus palabras. Nos dejamos llevar por el momento, solo pensaba en tener sexo y levantarme a la mañana siguiente para verlo preparar el desayuno. Lo hicimos como nunca. Pero al día siguiente, la ilusión era lo que aparentaba, una simple ilusión. Nuestra casa estaba vacía, al igual que mi corazón. No había desayuno, ni tampoco un rastro de su presencia. Solo me usó otra vez, solo fuí un juego. Aún lo amaba, y me dolía creer en lo ocurrido. Solo pensé en estar sola y pensar en todo...
Úsame, amor mío.
que mi cuerpo sea una morada
donde puedas caminar libremente.
Poque tú tienes mis llaves,
y mis paredes duelen al recordar sus grietas...
Su único recuerdo mío era la casa, esa casa donde comimos y dormimos. Decidí por irme y no volver jamás. Decidí por buscar algo mejor...
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*Cuento poético*

2024 Ene 30

Saturno
Desde 2023 Sep 14

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